Del rey emérito (2)

Estoy leyendo algunas reacciones de gente sobre la fuga del rey emérito que son, cuanto menos, sorprendentes...

Parece ser que dado los servicios prestados a España, dicen algunos, pues, hombre, que no habría que darle tanta importancia a esos milloncejos de euros de nada que, por la misma cara, se ha llevado; que es que ha traído ¡la democracia nada menos!, y que eso habría que tenerlo en cuenta...

O sea: es un ladrón; un mentiroso; ha cobrado comisiones por unos servicios que, se supone, entrarían dentro de su sueldo como rey que era... ¿Y le vamos a tener en cuenta esa pecata minuta de haber sido inmoral y un sinvergüenza?...

Yo no sé ustedes, pero a mi me repugna esa actitud... El rey de España no sólo debe de ser honrado, y a carta cabal, sino parecerlo... Y Juan Carlos I ni lo era, ni lo parecía... Lo que le faltaba a España, a su imagen internacional, era esto: un ex-jefe de estado que sale huyendo porque se le ha pillado con las manos en la masa... del dinero. A seguir siendo el hazmerreir del mundo..

Como decía Jack el Destripador: vamos por partes... La democracia a España hubiera llegado, con ó sin Juan Carlos... ¿Que hubiera tardado unos años más?... Probablemente, pero hubiera llegado... ¿O todavía hay quién piensa que, a estas alturas del siglo XXI, Europa, el mundo occidental, hubiera aguantado que este país hubiera sido una dictadura?... Juan Carlos hizo lo que tenía que hacer, lo que le exigían ya mucha gente, pero es que además no tenía otro remedio... Porque él no era Franco, ni había ganado una guerra, ni inspiraba el temor que el fallecido dictador provocaba... Juan Carlos I como dictador hubiera durado un pis-pas... Y él era plenamente consciente de eso...

Por otra parte, ¿qué democracia es la que tenemos?... 

Una democracia dominada por los partidos, las grandes empresas, y la banca...

Una democracia en la que los ciudadanos se limitan a depositar un voto cada cuatro años en una urna, y pare usted de contar...

 Una democracia en la que el españolito medio no pinta nada, con unas administraciones inoperantes, en las que impera el enchufismo, el gasto irracional, y la poca cabeza para invertir en cosas provechosas... 

Una democracia en la que no se baja de los tres millones de parados, en la que se gasta miles de millones de euros en rescatar a una banca podrida... sin obligación ninguna de devolverlos, mientras miles de ciudadanos pierden sus casas, su vida, y su economía, a favor de ladrones, indemnizaciones millonarias para sus dirigentes, y la buena vida para ellos... mientras se empobrece a los trabajadores...

Una democracia que ha sido vista como una oportunidad para esquilmar los fondos públicos por todo tipo de sátrapas y mangantes, sin que se le haya puesto aún un remedio eficaz para castigar a quien mete la mano en caudales públicos.

Una democracia, en resumen, muy alejada de las democracias occidentales, sí, aquellas a la que tantos ciudadanos admiramos y aspiramos a acercanos...

En fin, que menos lobos...

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